lunes, 24 de enero de 2011

Tinta

Me siento en esa puta butaca solo1
porque las arpías mataron a los ángeles soñadores.
Escribo sobre ese cielo sucio, tumbado,
luchando contra tintados papeles.
Es el son de la pluma,
junto al tic-tac de mis tres agujas,
el baile de la bruma
y el canto de suaves rosas.
Mis tímpanos se quedaron sordos
de tanta poesía silenciosa.
Hoy mi pluma actúa de modo frenético
sobre titubeantes folios con arrugas.
Si sigo intacto es porque
los papeles se quedaron mis delirios
y mis sentimientos.
Odio mi ortografía
y tus miradas.
Mis palabras son poesía
que hunden tus fragatas.
Me vuelvo a sentar solo,
delante de las velas
que marchitan mis versos.
Me derrito entre mis llantos,
mientras forjo mi corazón en la fragua.
Ahora, avanza sobre mi cresta más alta,
con coraje,
que aquí nada es racional.
Nunca pares de sonreír y de subir
peldaños en tu linaje.

1. Nota del autor: En este caso, el “solo” actúa como adjetivo.

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