lunes, 24 de enero de 2011

El yo

No busco ni el tú, ni el yo, tampoco busco el sí o el no,
sólo busco el nosotros en la cama saboreando el desayuno,
tus labios carnosos que me hacen sentir como ninguno,
y estar tumbado en la playa al abrigo de Neptuno.
Paso de los chicos que van de bohemios y de las chicas del sábado,
prefiero buscar los verbos1 de Lorca o de Machado.
Busco el déjà-vu del primer beso.
Odio las noche faltas de amor y el sexo en exceso,
al que tiene como único dios a la televisión,
los besos sin amor, el humo de mi habitación.
Para escribir, nena, mi nariz busca por todos los rincones tu aroma.
Para escribir sólo te necesito a ti, mi cuerpo no necesita droga.
No tomo nada para encontrar la inspiración en este juego,
busco tus besos y así entro en un mágico mundo nuevo.
Paso de la literatura de Herman Hesse y de mis letras,
de los cubatas y de las faldas de las niñas quinceañeras.
Quiero tu cuerpo para que me dé calor como si fueran mis sábanas,
más horas en cama, más caricias y más letras.
Soy un ser feliz y siempre que puedo intento ahuyentar el dolor,
me gusta escribir con amor.
Se ve todo más nítido.

1. Nota del autor: “Verbo” y no “verso” como pudiera pensarse.

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