lunes, 24 de enero de 2011

Soul

Recuerda perfectamente cómo empezó todo. Todavía recuerda cuando firmó junto a su marido el contrato de la hipoteca. En ese momento, ella firmaba con letras muy elegantes y un pequeño corazón al final de la rúbrica. Eran jóvenes. Los primeros días con Malcolm1 en su nueva casa fueron entretenidos. Hacían el amor con frecuencia, en todas partes. Su nuevo hogar era un pozo de felicidad. Todo era perfecto, se entendían.
Patti2 era una chica extrovertida. Solía llevar vestidos caros y unas gafas de gato negras. Era una mujer elegante. En esa época, le encantaba ir a la peluquería con sus amigas. Allí, charlaban durante horas sobre los defectos de sus maridos, todo aquello que odiaban de ellos o, simplemente, hablaban sobre la próxima fiesta del barrio. Pese a que iba a la peluquería con frecuencia, siempre llevaba el pelo recogido. Tenía un aspecto serio. No trabajaba, prefería ir de compras o pasar el día con sus amigas mientras Malcolm estaba en el trabajo. Él era diferente. Odiaba arreglarse, ponerse colonia, afeitarse y todo eso. Decía que lo más importante era el interior, la ropa sólo era el escudo del alma. Casi siempre llevaba un peto azul algo viejo, pero era cómodo. Se cubría su fea cabellera con una gorra roja agujereada y siempre llevaba las mismas botas marrones que compró cuando conoció a Patti en una tienda de segunda mano. Era un tipo gordo, realmente gordo.
Recuerda los primeros meses. Se querían mucho. En ese tiempo, Malcolm era camionero, trabajaba todo lo que podía para que ella pudiera gozar de sus vicios. A él no le gustaba trabajar. De hecho, lo odiaba. Malcolm podía vivir sin grandes excentricidades, pero ella sí que las necesitaba. Si no hubiera sido por Patti, su marido no hubiese trabajado ni la mitad de las horas que trabajó en los primeros años de matrimonio. Sin embargo, la relación se deterioró rápidamente. La vida de Malcolm era su empleo y no tenía tiempo para estar con Patti. No hacía ni medio año que se habían casado, pero ya no hacían el amor. Ya no querían tener hijos. La señorita Elliott se cansó de la rutina, ya no iba a la peluquería a cotillear. No obstante, seguía con el mismo aspecto de siempre.
En un abrir y cerrar de ojos pasó el primer año de matrimonio y su relación se convirtió en un auténtico caos. Malcolm estaba fuera de casa todo el día y Patti empezó a pasar las mañanas con Ben, un antiguo compañero de clase, era un tipo guapo y rico, más elegante que Malcolm. Siempre llevaba traje y un bonito reloj. Era alto, con unos bonitos ojos verdes y siempre iba bien afeitado. Al principio, quedaban para tomar un café o para hacer la compra del súper. Aun así, pronto dejaron los bares y los supermercados para ir a casa de Malcolm a hacer el amor. El señor Elliott no sabía nada de la relación de su mujer con Ben, hasta hace diez días.

El día en que el señor Elliott pilló a su mujer montándoselo con Ben lo llamaremos Día X. Así pues, el Día X, Malcolm salió antes de trabajar. Ese día no había tráfico en la carretera. Estaba cansado y sucio, tenía ganas de llegar a casa. A pesar de todo, había sido un buen día. Malcolm se levantó feliz, con ganas de vivir. En el trabajo le habían regalado una gorra porque hacía veinte años que se había casado. La gorra nueva era igualmente roja. Parecía de béisbol, a Malcolm le encantaba el béisbol. Pese a que hacía mucho tiempo que no hacían el amor, el marido de Patti tenía ganas de llegar a casa el Día X. Quería enseñarle la gorra a la señora Elliot. Entró a casa sin hacer mucho ruido. Odiaba hacer ruido. En casa no había ni rastro de Patti. Malcolm Elliott estaba hambriento, no había comido nada en todo el día. Entró en la cocina para saquear la nevera. Entonces, vio cómo Patricia Elliot gemía de placer con Ben Shelby3. Follaban sobre la encimera, parecía que se divertieran. Cruzó su mirada con la de Patti, pero siguió como si nada. Él salió de la cocina, cogió su nueva gorra y se fue.


Ahora, todo está vacío. La casa está vacía, igual que Patti. Las maletas ya hechas están en la cocina. En la casa de los Elliott, los cajones están vacíos, sólo queda la ropa y los objetos personales de él. El único sonido de la casa es el taconeo de los zapatos de la señora Elliott. Se va a la cocina, pero no se fija en las maletas. Se sienta encima de la encimera e intenta recordar todos los buenos momentos que pasó con Malcolm. Todo sigue vacío, Patti necesita saciar su sed. Abre todos los armarios, pero no encuentra nada. Finalmente encuentra una botella de vino y bebe directamente de la botella. No quiere usar un vaso. Se tumba en el suelo, usa una de las maletas como almohada y mira al techo. No para de mirar al techo y sigue pensando cómo han llegado a tal extremo.
El corazón de Patti está vacío. Su alma está adolorida. Necesita un cigarro, pero no quiere levantarse. Está bien tumbada en el suelo. Recuerda que el primer año con Malcolm pasó rápido, pero falto de amor. Patti se levanta, se va hasta el salón para coger su bolso y se lo lleva a la cocina. Abre el paquete de tabaco y saca un cigarrillo.




1. El nombre de Malcolm es un guiño a la serie de Lindwood Boomer, Malcolm in the middle.
2. El nombre de Patti es un honor a Patti Smith.
3. El apellido Shelby pertenece al protagonista de la película Memento, de Christopher Nolan.

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