lunes, 24 de enero de 2011

Me ponen todas

“Cuanto más conozco a los hombres, menos los quiero; si pudiese decir otro tanto de las mujeres me íria mucho mejor.”
Lord Byron

Me gustan.
Da igual si son morenas o rubias,
pelirrojas o mulatas,
gordas o flacas.

Me encanta la típica rubia tetona
que reposa sobre mi cintura,
que no entiende de amargura
e ilumina mi cara oscura.

Me encanta la típica rubia tetona
que baila al son de mi corazón,
mientras en su sangre fluye ron
y ronronea pidiendo otro pequeño revolcón.

Me encanta la típica rubia tetona
y su culo suave cual miel.
El roce de piel con piel
para después recordarlo y dibujarlo en el papel.

Me encanta la típica morena
que taconea por toda la habitación.
Sabe que tiene el control de mi corazón
y es ella la que le pone toda la emoción.
Me encanta la típica morena
que en la cama me desgarra para quitarme el pantalón.
Quiere hacer el amor derrochando el corazón,
porque, “¿para qué usarlo si luego nos derrumba la traición?”

Me encanta la típica morena
con su cuerpo deportivo y su cara viciosa de nota diez.
Estilado y resbaladizo como un pez,
que me destroza por hasta la vejez.

Me encanta la típica mulata rechoncha
que me hace sonreír
en este sinvivir,
donde el más frágil ha nacido sólo para sufrir.

Me encanta la típica rechoncha.
Desnudos calentamos los pensamientos de nuestras mentes.
Trotando uno encima del otro y gimiendo entre dientes,
mientras disfrutamos del roce de nuestras pieles.

Me encanta la típica mulata rechoncha,
con sus curvas prominentes
y sus pechos exuberantes.
Me encanta la típica mulata en la cama sonriente

Me pone la típica pelirroja
de carácter tranquilo.
Sabe sosegarme cuando estoy al filo
y me obliga a ser fiel a mi estilo.
Me pone la típica pelirroja
que cabalga sobre mí sin parar.
Disfrutando en mi mundo especular,
donde los gritos de placer no paran de cesar.

Me pone la típica pelirroja
blanca de piel,
de ojos grandes color miel
y de labios carnosos con los que me besa como arancel.

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