lunes, 24 de enero de 2011

Naipes

Es increíble ver a un hombre aferrarse a cualquier cosa cuando está perdido, hundido en la más pura miseria.. Así pues, sin eso no es nada. Sólo así siente la vida recorrer por sus venas. Resulta interesante, ver a un hombre cuando su esposa se aleja de él, cuando sus amantes se van con otro borracho que no es él y su familia no se acuerda ni de su nombre. Así es mi padre.
Todavía recuerdo cómo era él hace quince años. En esa época, yo era pequeño. No tenía más de siete u ocho años. Mi padre fumaba demasiado. Solía llevar camisas y dejaba entrever una sucia camiseta interior. Se creía interesante, siempre andaba con unas poses de superioridad. Pensaba que con su sonrisa provocativa lo solucionaba todo. Su pelo largo estaba muy bien peinado hacia atrás. Trabajaba de lunes a sábado, diez horas cada día. Después del trabajo, se iba con sus amigos y jugaba a cartas o se iba a algún bar a beber. Aunque odiaba estar acompañado y a la gente en general, pasaba muchas horas con sus compañeros. Casi siempre llegaba tarde a casa, no le importaban los horarios. Creía que el mundo tenía que esperarlo a él. Mi madre no lo aguantaba, estaba harta de que llegase a casa borracho. Cada vez más tarde. No se duchaba con demasiada frecuencia y su aliento a alcohol barato estaba presente en toda la casa. Mi madre ya no quería follar con él. Con todo, mi padre estaba orgulloso de sus actos. Rendía muy poco en el trabajo. Trabajaba en una fábrica de salchichas. Tenía que hacer grupos de cuatro y luego su compañero Franky las empaquetaba. Cuando trabajaba, mi padre llevaba una camisa con su nombre y el logotipo de la empresa. También llevaba guantes y una redecilla para el pelo. Era patético verlo con esa ropa. Las partidas de póker nocturnas pronto le pasaron factura, la fábrica bajó el rendimiento un 75%. No mucho después lo despidieron. Así era Lenny Cole1, mi padre.

Pese a que estaba despedido y tenía tiempo de sobra para estar en casa, pasaba casi todo el día fuera de ella. Iba a jugar al póker con otros tres tipos. A veces, Lenny le decía a mamá que me acompañaba a jugar al parque. En realidad iba a jugar al póker. Yo era una pequeña tapadera y me pasaba horas sentado en un rincón mientras ellos jugaban. Parecía que la cosa iba en serio. Las apuestas no eran elevadas, pero Lenny no apostaba garbanzos como hacía con los antiguos compañeros de trabajo. Era un grupo de unas diez personas. Todos eran unos borrachos que vivían con lo que cobraban del subsidio de desocupación. Sin embargo, las partidas se acabaron rápidamente. La mayoría de los jugadores encontraron trabajos esporádicos con unos sueldos muy bajos. Al final, sólo eran cuatro jugadores. Uno de ellos era El guapo2. Todos lo conocían por ese sobrenombre. Cuando jugaba, siempre
llevaba gafas de sol y un sombrero sucio. Era un tipo rubio, muy atractivo, con barba de tres días. Un buen jugador, aunque se precipitaba en las apuestas. Le encantaba beber. Todos los bares de la ciudad conocían a El guapo. Sin embargo, nadie sabía su nombre de pila. Trabajaba en un taller de coches, pero se largó cuando empezó a ganar partidas de póker.
La segunda jugadora era Marla3. Era una chica muy reservada, que compartía sus problemas con el alcohol. Siempre pedía ron, le encantaba. Marla no había trabajado nunca. No tenía domicilio y pagaba su bebida con el dinero que conseguía en la calle y con lo poco que ganaba en las partidas de póker. Era una chica misteriosa. Todos creían que era drogadicta. Sin embargo, en las partidas nadie preguntaba nada. Si alguien quería compartir una experiencia lo hacía, pero nada más.
El tercer jugador era Mickey4. Era pintor, lo hacía realmente bien. Dejó de pintar cuando pilló a su mujer montándoselo con otro. Era un tipo peculiar, muy delgado. Siempre iba bien afeitado y llevaba unas gafas viejas. De los cuatro jugadores, Mickey era el más reservado. Nunca hablaba, sólo quería ganar dinero para comer y beber. Alguna vez mencionaba algo sobre sus cuadros, pero poca cosa más.


Recuerdo que quedaban cuatro veces por semana. Pero la mejor partida era la del sábado. Ese día siempre se jugaban mucho dinero. Sus vidas tenían sentido gracias a la partida del fin de semana. Si alguno de los jugadores no tenía dinero suficiente, se jugaba un coche o tal vez la casa de su madre. Siempre era lo mismo: la misma mesa, el mismo humo, pocas palabras, complementos para tapar la cara y una gran cantidad de dinero en medio de la mesa.

Todavía recuerdo el último día que fui a ver cómo jugaban. Había más tensión que nunca. Nadie decía nada, todos miraban al centro de la mesa. A causa del humo, lo veía todo borroso. El sonido de las llaves de mi padre al contactar con la mesa retumbó en mi cabeza. Se estaba jugando nuestra casa y yo estaba allí, sentado en una esquina, observando cómo el poder y la avaricia recorrían las venas de Lenny. Era la única forma que tenía para sentirse vivo.
Horas más tarde, my madre y yo nos trasladamos a un pequeño pueblo de Pennsylvania.

1. Lenny Cole es un personaje de RocknRolla, película de Guy Ritchie.
2. En las películas de Guy Ritchie, suele haber un personaje que es conocido por el sobrenombre de “El guapo”.
3. Marla es una de las protagonistas de la película más importante que ha dirigido David Fincher, El club de la lucha.
4. El nombre de Mickey es un pequeño guiño a la película Snatch: cerdos y diamantes.

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